Si quieres que te digan algo, preguntaselo a un hombre, si quieres que se haga algo, pideselo a una mujer...
Margaret Thatcher
Ser mujer es, sin duda, maravilloso. Es definitivamente un regalo, un regalo que conlleva muchísimas responsabilidades, pero que definitivamente vale la pena. En este día, celebramos ser mujeres y honramos la valentía de aquellas que nos precedieron, abriéndonos el camino para que levantemos nuestras voces y sigamos construyendo las bases de la sociedad en la que vivimos.
Hoy, es importante reflexionar sobre el legado de naturaleza compasiva y multiplicadora que nos precede, que comenzó con nuestras tatarabuelas, bisabuelas, abuelas, madres, y continuará a través de nosotras.
Vengo de una familia sin grandes reconocimientos sociales en épocas de restricción absoluta, pero de mujeres fuertes, creativas y mágicas. Mis tatarabuelas dejaron sus países y comenzaron de cero en un continente lejano, lo cual, para su época, ya las hace ser super humanas. Tuvieron hijos a quienes criaron con amor y soltaron al mundo para hacerlo mejor. De alguna manera, para lo que tenían al alcance en esos momentos, se podría decir que multiplicaron el pan y el vino, superando una época en la que ni siquiera podían levantar la voz. Se las ingeniaron para ser libres a través de lo que enseñaron a sus hijos y los inspiraron a querer más de lo que la sociedad imponía.
Ellas fueron la base, el primer paso, del mundo en que vivimos ahora, y la historia solo se repite, con tu tatarabuela, con tu bisabuela, con tu abuela, con tu madre. Ellas superaron el mundo castrante en el que hemos vivido por siglos, rompiendo barreras y reescribiendo la historia, nuestra historia. Eso toma extrema valentía y trabajo duro de generación en generación. Y todo con una sola herramienta infalible, la del amor. No hay nada que pueda con el amor, y en eso somos expertas.
Pero qué buen trabajo hemos hecho, deshaciendo montañas de injusticia, de discriminación, de supresión, de dolor. Eso merece más que una fecha, merece seguir de pie, con la voz en alto, por las que ya no están, porque sabemos que, a pesar del trabajo duro, la brecha sigue siendo grande y aún queda mucho por hacer. La misión sigue en marcha. Gracias por abrir el camino, por decirnos quiénes somos y darnos el poder.
Hoy, celebremos juntas nuestra naturaleza, lo que somos, a dónde hemos llegado y a dónde queremos llegar. Celebremos juntas y planifiquemos el siguiente paso que abrirá el camino a nuestras generaciones venideras. ¡Feliz Día de la Mujer!
La felicidad que se vive, deriva del amor que se da...
Isabel Allende
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